«El fracaso más grande es nunca haberlo intentado» Proverbio chino.
Normalmente por evitar el fracaso dejamos de actuar. Cuando no actuamos, muchos de nuestros problemas se incrementan, nuestro bienestar disminuye, nuestra vida y nuestras experiencias son cada vez más reducidas.
El miedo al fracaso es el temor a no lograr nuestras metas, objetivos o deseos. Pero el problema no está en el fracaso en sí. El fracaso sólo nos indica que el camino que elegimos no es el más adecuado. Que es necesario buscar otra opción.
El problema está en lo que el fracaso significa para cada uno de nosotros y en la manera en cómo nos identificamos a través del mismo.
Nos da miedo fracasar, porque nos sentimos impotentes ante el fracaso y no nos gusta sentirnos así, no queremos soportar la incomodidad de dicho sentimiento. Asociamos equivocadamente fracaso con dolor y es a éste último a quién mas miedo le tenemos.
Pensamos que el éxito y el fracaso son los dos elementos que nos califican como personas.
Si tengo éxito soy una persona valiosa. Si fracaso, no valgo nada y la gente me va a criticar o rechazar.
El temor al fracaso no está relacionado directamente con la situación a la que nos enfrentamos, ni con su importancia o dificultad. Está determinado por lo que pensamos de dicha situación, de nosotros mismos y de cómo sus resultados nos pueden afectar.
El mejor ejemplo lo tenemos con Thomas Alba Edison, que falló 10,000 veces antes de haber logrado el filamento de carbón, que se utiliza en los focos de luz.
Un reportero le preguntó, después del intento número 5,000, si se sentía desalentado.
Edison contestó que no había fallado 5,000 veces, sino que había triunfado al determinar 5,000 maneras en las cuales no funcionaba.
«Lo que significa, comentó, que me encuentro 5,000 pasos más cerca de descubrir cómo hacerlo funcionar». Es importante recordar que los científicos más importantes de ese momento, escribían artículos en donde opinaban que Edison perdía su tiempo. Pero Edison ignoró todas las críticas y continuó. Se escuchó a sí mismo y no a los demás.
¿Te imaginas cómo sería el mundo, si ante cualquier error o crítica, todos los inventores y científicos hubieran dejado sus proyectos sin terminar?.
A continuación te presento las 3 estrategias que yo utilizo para vencer esa paralización y ese miedo que nos invade pensando en que podemos fracasar intentando hacer algo:
1. NO ESCUCHES NI VEAS MALAS NOTICIAS:
Los medios de comunicación nos bombardean diariamente con malas noticias. Sin darnos cuenta, nos llenamos de información negativa que nos programa para tener temor y para estar constantemente preocupados. Si lo haces, no absorbas la información sin filtrarla críticamente antes de aceptarla.
2. NO TE RODEES DE PERSONAS NEGATIVAS:
Otra fuente importante de pensamientos negativos son las personas que nos rodean a diario. Algunas de ellas hacen mucho daño, ya que influencian a los demás con pensamientos de duda, miedo y de fracaso. Siempre y cuando esto sea posible, retírate amablemente a la hora de estar expuesto a un bombardeo de negatividad. Rodéate de personas que te inspiren y animen a ser valiente. Rodéate de personas que ven al mundo con otros ojos y contágiate con su manera optimista de pensar.
➡️ COMO LIDIAR CON GENTE NEGATIVA SIN QUE PIERDAS LOS NERVIOS.
➡️ COMO DECIR NO A LAS PERSONAS TÓXICAS.
3. DESARROLLA TU FE:
Sin duda la mejor manera de acabar con la fe torcida del temor es la de desarrollar una fe genuina que mueva montañas. Dicho en otras palabras, la fe ve lo invisible, cree lo increíble y recibe lo imposible. Aún en las circunstancias más difíciles, una persona con fe va a salir vencedora, ya que no acepta el fracaso como una opción. La fe es el ingrediente clave que te ayudar a ganar la batalla de la mente contra todos los pensamientos de temor que puedas tener.
➡️ COMO ROMPER CON TUS CREENCIAS LIMITADORAS BY ABEL AGUILERA
El fracaso es parte esencial del éxito. Cada fracaso es una oportunidad para aprender y corregir los errores que hayamos podido cometer. Las únicas personas en este mundo que no fracasan, son aquellas que no hacen nada, que ni siquiera lo intentan. Así que atrévete a fallar… ¡Adelante! 😉