
Creo que nunca habrá un GAME OVER para mí y ¿sabes por qué? Porque mi competición no es ganar, es mejorar y evolucionar cada día. Ese es mi oxígeno. Lo único que quiero es la gratitud y plenitud que se obtiene causando el mayor impacto positivo posible, uno que sea inolvidable…
A día de hoy, no hay nada que me detenga para cambiar de trabajo y buscar nuevas oportunidades. Siempre podemos fallar, pero nunca perder…
Seguir arriesgando, ese es el mayor test personal donde demostrarse a uno mismo de lo que es capaz. Otra etapa más, nuevos retos, SIEMPRE.